jueves, 30 de octubre de 2014

¿CÓMO IMPACTA LA CRISIS ECONÓMICA EN LA SALUD INFANTIL EN ESPAÑA?.

Recientemente,  en la clausura  de la 3ª Jornada del Congreso Nacional de la Sociedad Española de Pediatría y Atención Primaria (Sepeap), el Presidente de Unicef en España Carmelo Angulo alerta de que uno de cada  cuatro niños españoles viven instalados en la pobreza. Se objetiva un incremento de aquellos
que no desayunan. Aporta datos extraídos del III Informe de la Situación de los Niños en España y afirma que los niños son significativamente más pobres que los mayores de 65. Dado que la inversión en políticas de protección social y de la familia supone tan solo el 1,4% del PIB frente al 2,2% de la media europea, solicita mayores inversiones y políticas eficaces para paliarlo, reclamando un Pacto de Estado por la Infancia.

En el último informe de Unicef y Cáritas, publicado esta misma semana, se dan datos de que existen 12 millones de excluídos y un 36.3% de pobres en España. La crisis económica y la respuesta política han generado mayor desigualdad social, más pobreza y un frenazo a los progresos (para las familias con hijos se estima un retroceso de 14 años en Grecia y 10 en España), planteando un problema general a los niños de la recesión que sufrirán consecuencias en un futuro por riesgo de alienación social. España ocupa el puesto número 35 de los 41 países de la Unión Europea y OCDE en aumento de pobreza infantil, disminución de tasas de empleo juvenil, incremento de privación  material, aumento de jóvenes NiNi y es el segundo con menos satisfacción vital, sólo superado en este caso por Grecia. Observándose al mismo tiempo importantes cambios en la distribución de la riqueza.

En cuanto a los jóvenes, los NiNi han aumentado en un 4.5% en los últimos 5 años, lo que equivale al 18.6% de todos los jóvenes. Son 7.5 millones, en el año 2013, en toda la Unión Europea.

El informe termina solicitando compromisos explícitos para poner fin a la pobreza infantil en países desarrollados, dar esperanzas y oportunidades que garanticen estándares sociales mínimos y que se faciliten datos más fiables en los que fundamentar el debate público.

Esta semana también se han conocido datos revelados por el INE que indican que los jóvenes españoles retrasan el tener hijos por su situación económica, observándose una disminución de las tasas de natalidad.

Incidiendo en el grave problema infantil, en la XXXII Reunión Científica de la Sociedad Española de Epidemiología se presentó un estudio de L. Rajmil  sobre “impacto de la crisis económica en la salud infantil en España” y recogido en la revista Gaceta Sanitaria.

Analiza los cambios en los determinantes sociales y su potencial impacto en la salud, calidad de vida y uso de servicios sanitarios en la población infantil española desde el inicio de la crisis. Obtiene datos del Instituto Nacional de Estadística, de ONG y de la Encuesta Nacional de Salud de los años 2006 y 2011/2012, a fin de poder comparar estos indicadores antes y después de la crisis, según la clase social y la desocupación familiar.

Establece que:

- El riesgo de pobreza en niños aumentó del 19% al 24% y en niñas del 18% al 19% entre 2007 y 2011, mientras que en la población general pasó de 18% a 19% respectivamente.
- El desempleo en los jóvenes menores de 24 años aumentó del 29% en 2008 al 55% en 2012.
- Se triplica en número de familias con menores que acuden a los servicios de protección alternativos, constatando  una disminución de las dotaciones presupuestarias gubernamentales para hacer frente a necesidades de alimentación y vivienda.
- Aumentan desigualdades en calidad de vida en las familias desocupadas de clase social desfavorecida (B:-3,5;IC 95%:-6,9/-0,15)
- Disminuye la probabilidad de visitar al dentista en estas familias más vulnerables y desocupadas (OR 0,94:IC 95% 0,90-0,98 )para la interacción del periodo estudiado y desocupación familiar.
- Sin embargo se obtienen mejores puntuaciones para la autopercepción de salud en 2012. Este dato que parece contradecir a los del informe de Unicef/Cáritas, no es más que una evolución de lo que percibe la sociedad (España, en el año 2014, es el segundo país con menos satisfacción vital, sólo superado por Grecia).

Concluye que las desigualdades sociales en salud y el riesgo de pobreza y exclusión social empeoran con la crisis, siendo la población infantil especialmente afectada. Por lo que se incide en la relevancia de monitorizar la salud infantil y llevar a cabo estudios específicos en esta población vulnerable,  puesto que, teniendo en
consideración la experiencia de crisis previas,  habría que  tomar medidas urgentes para mitigar los efectos devastadores de esta situación sobre el impacto negativo en la salud de futuras generaciones.

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